El desarrollo debe situarse en la cima de la estrategia nacional de China. Debemos hacer todo lo que sea propicio para el desarrollo. Como fuerza impulsora del desarrollo, la vitalidad social no es en absoluto una amenaza para la estabilidad social. China, que se está desarrollando más rápido que la mayoría de los demás países y tiene una filosofía fundacional para buscar el bienestar de su pueblo con equidad social, seguramente podrá avanzar de manera más constante y firme en un mundo lleno de incertidumbres.
Hay todo tipo de insatisfacciones sociales en todos los países. Todas ellas, después de acumularse durante una cierta cantidad, pueden estallar a través de canales anormales. Ningún país, incluida China, podría prevenir por completo las protestas callejeras.
Pero la experiencia de todo el mundo nos dice que cuanto más fuerte se vuelve China, más capaz es de decir no a las interferencias externas mediante el ejercicio de su soberanía. Cuanto mayor sea la confianza y la cohesión colectiva que tenga la sociedad china, más poderoso será el país para controlar las protestas e impedir que se deterioren.

